Ejercicio: mecanismo de cohesión
Aunque no vio a Kate sustraer la joya, estaba
convencido de que ella la había robado. Aun así prefirió disimular sus
sospechas y preguntarle con aire despreocupado:
―¿Crees
que encontrarán la pulsera?
Kate se encogió de hombros.
―Es muy
valiosa, así que la policía pondrá todo su empeño en hallarla ―respondió―. De todos modos dudo de que la señora Lays la
eche de menos. Nunca he visto una vieja tan enjoyada... Ayer probablemente llevaba
encima varios cientos de miles de dólares… Nadie debería exhibirse de ese modo.
―Eso en
caso de que todas esas joyas fueran auténticas… ―replicó Fred con aire
dubitativo.
―Oh,
créeme, esa no es de las que se ponen baratijas.
Fred no pudo evitar un
comentario malévolo:
―Muchas
damas de la alta sociedad lucen piezas falsas y guardan las auténticas a buen
recaudo en su caja fuerte. Además, no se veía a la señora Lays muy disgustada... Mejor dicho, no se la veía disgustada en absoluto. Si ese fuera el caso, el ladrón se llevará un buen
chasco.―Tonterías ―repuso Kate―. Le oí decir al inspector que la pulsera estaba asegurada. Supongo que el seguro pagará un buen dinero, eso explica su tranquilidad.
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